México: el asesinato de 28 presos de una cárcel fue un ritual a la Santa Muerte.

Los 28 presos asesinados el pasado 6 de julio en el penal de Acapulco en el contexto de una riña entre reclusos fueron ejecutados en medio de un ritual de la Santa Muerte, y de acuerdo con las primeras investigaciones el ataque habría sido comandado por Manuel García “El Meño” y Óscar Silva, del Cartel Independiente de Acapulco. Lo cuenta el Diario de Morelos
Según lo informado por el diario Reforma, los asesinatos fueron perpetrados con armas de fuego y se contó con la complicidad de custodios; sin embargo, el gobernador Héctor Astudillo aseguró que la mayoría de los homicidios fueron con armas blancas. Asimismo, se dio a conocer que fueron los propios custodios quienes escondieron en el área de carpintería y sastrería, armas y artefactos explosivos.
Por otro lado, el portavoz de Seguridad del Gobierno estatal, Roberto Álvarez Heredia, aclaró que el director del penal de Acapulco, Miguel Ángel Gómez Garduño, sigue en funciones, pero está bajo investigación junto al resto del personal para determinar si incurrió en delito “por omisión o comisión”, después de la masacre.-
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Es difícil encontrar en los medios mexicanos más referencias concretas al aspecto ritual de la masacre. En Bajo Palabra leemos que el gobernador del estado de Guerrero, Héctor Astudillo Flores, ha descartado la riña como motivo, aunque fuera la primera línea de investigación, y ha afirmado que la mayoría de muertos fueron encontrados frente a una imagen de la Santa Muerte con monedas encima, por lo que consideran que se trataría de un ritual.

Vinculada a la violencia y al crimen organizado

Por otro lado, en el Valle de México se han consolidado los sitios de veneración de la Santa Muerte, tal como señaló el profesor-investigador de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM), Juan Luis Ramírez Rita.
En El Sol de Toluca leemos que el especialista dijo que el culto a esa “Santa” tuvo su cúspide con la violencia desatada en sexenios anteriores en la lucha contra el crimen organizado. Ramírez Rita afirmó que el fenómeno actualmente ha perdido creyentes pero los que persisten se han consolidado porque va más allá de una moda o la instalación de nichos.
El catedrático de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de esa Alma Mater expresó a la fecha no se ha logrado fortalecer una “iglesia” significativa en torno a la llamada “Niña Blanca”, sino que más bien prevalecen sectas, tras una disminución de seguidores, quienes a su vez se han adaptado a diferentes momentos.
El culto a la Santa Muerte, explicó, obedece a un padecer colectivo de la violencia en México, y a raíz de esto muchas personas se volcaron a la devoción o seguimiento a esa figura. Después de un tiempo o de que pasó la intensidad del culto, un sector de sus seguidores regresó al catolicismo, mientras que otros más continuaron con esa devoción porque les permite decodificar y comprender lo que viven, afirmó el doctor en Antropología.
La perspectiva y proyección de las nuevas generaciones, apuntó, es de cambio, por decirlo de una forma, de software, así como de actualización del mismo, lo que generó “un agotamiento de un culto ante una insatisfacción”. Lo anterior, sostuvo, quiere decir que los niños y jóvenes de esa época hoy en día son adultos, “la población se reconfigura y envejece, ya no son los jovencitos de hace una década”.   
No obstante, recalcó, existe mayor apertura para mostrar su culto públicamente al colocar un altar, en el mercado o en las unidades del transporte público, que significa su consolidación pues antes era mal visto por la sociedad.

Persiste su culto

Pese a la ola de violencia y la cantidad de delitos que azotan la ciudad de Chihuahua, el culto a la Santa Muerte permanece entre sus habitantes, pues a pesar de haber sido destruidos dos altares donde se adoraba a la “deidad”, las personas continúan frecuentándolo y depositando veladoras, encendiendo inciensos, dejando “mandas” y ofrendas, que evidencian la popularidad de la práctica no aprobada por la Iglesia Católica hacia la calavera envuelta en túnicas de colores.
Según leemos en El Heraldo de Chihuahua, las figuras de la Santa Muerte van desde 20 pesos la de 10 centímetros hasta 5.500 pesos la de 1,80 metros de altura, como se ofrecen a la venta en la Hierbería Meza & Molina, que se ubica en la Avenida Niños Héroes y Sexta, donde la clientela fluye constantemente realizando compras con artículos relacionados a la Santa Muerte. 

Figuras: colores y significados

Existen las figuras de diferentes tamaños y colores, cada uno de ellas con un significado sobre la petición que le realiza el adorador, y con una intención determinada; por ejemplo, de acuerdo al color de la veladora, de la imagen que se adquiera, se puede combinar con el mismo sentido de petición el incienso, y realizar un ritual.
Las intenciones son diversas y especificadas con una oración preestablecida por cada petición, por ejemplo, abrir caminos, amor y pasión, armonía y amor, buena fortuna, cosas desesperadas, ciega, sorda y muda; de la abundancia; de la fortuna; del estudiante; del hogar; del migrante; del perdón; del preso; del puro; dominadora; enemigos; evitar robos; guadaña protectora; invocar; salud; negocio; negocio y trabajo; niña blanca; oro; págame pronto; Protección para el embarazo, negocio, camino; reversible; siete potencias; tapabocas; entre otros.
Por el color se eligen de acuerdo a su significado, como la blanca, que es llamada Niña Blanca, que ayuda a limpiar toda energía negativa; la roja se relaciona con el amor y la pasión; también con la estabilidad emocional. La dorada representa la abundancia, dinero y el éxito en los negocios; la verde se refiere a la justicia y problemas de índole legal; la amarilla da solución rápida a cualquier problema menor; café es ideal para los problemas que se presentan en la vida; morada es para despertar o reforzar cualidades síquicas; azul representa la sabiduría, el entendimiento y la color hueso es recomendada para la paz y la armonía en las casas o negocios.
La figura se representa por una calavera cuyo cuerpo es vestido por una túnica de diferentes colores, y sostiene en la mano derecha un globo terráqueo y en la izquierda una guadaña. El local cuenta con su propio altar, donde le son depositadas desde bebidas alcohólicas, cigarros, manzanas, dulces, paletas, monedas, entre otros recuerdos.

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