La NASA desarrolla un collar Anti-Covid.


Es un gesto que todos realizamos casi de manera instintiva, sin darnos cuenta, sin ser del todo conscientes del riesgo que corremos y al que es muy complicado poner límites. Se trata de esa manía que tenemos muchos de llevarnos las manos a la cara para tocarnos la boca, la nariz o los ojos, precisamente, las zonas que los expertos avisan que son el principal foco de entrada de la Covid-19 en nuestro cuerpo.
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Es por eso que, desde que empezó la crisis del coronavirus en España, los expertos no han dejado de pedirnos que hagamos dos cosas muy concretas: mantener una escrupulosa rutina de limpieza e higiene en nuestras manos cada pocas horas, y que no nos las llevemos nunca a la cara. Por eso, tres ingenieros del Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL) de la NASA han desarrollado PULSE.
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No acerques las manos a la cara o...

PULSE es un singular invento que tiene forma de collar y que evita que nos podamos llevar las manos a la cara de manera inconsciente. El proyecto ha adquirido la forma de un collar porque es, de todos los posibles complementos que podemos vestir, el que mejor se adapta a las necesidades de uso, ya que cuando detecta que levantamos las manos en dirección a nuestro rostro, emite una vibración que nos lo hace consciente. Y esto es como el famoso perro de Pavlov y su condicionamiento clásico, que a base de recibir la alerta de que nos vamos a llevar las manos a la cara, terminamos por controlarnos solos y aprender a no hacerlo.
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La gran ventaja de este proyecto es que cualquier empresa o emprendedor que quiera desarrollarlo puede coger la información publicada por los tres ingenieros para replicarlo, ya que las instrucciones podríamos considerarlas como de código abierto, de dominio público, por lo que se podrá fabricar sin tener que pagar un céntimo por patente alguna. Y como podéis ver por el vídeo que tenéis justo aquí encima, apenas tiene un sensor de cercanía infrarrojo, un control táctil, el motor que hace vibrar el collar y una pila de 3V (de botón).

Este dispositivo ha sido desarrollado de manera expresa para hacer cumplir esas recomendaciones de la OMS y su futuro dependerá de que haya una empresa que se anime a fabricarlos para ponerlos en el mercado. Al fin y al cabo, parece que con un par o tres de soldaduras y cuatro componentes, más una impresora 3D, ya tenemos todo el trabajo hecho, ¿no?

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